jueves, 20 de enero de 2011

lunes, 3 de enero de 2011

El baño.


Estaba terminando de arreglarse. Acababa de salir de la ducha; aún emanaba vapor de agua por los poros de su piel. Se había afeitado la escasa pero visible barba que tenía. Cada vez que lo hacía se sentía indefenso y vulnerable: era como si tuviera una coraza que nadie veía pero su existencia era suficiente para que todos le creyesen seguro, maduro y casi invencible frente a las adversidades de la vida. Nadie se percataba de esa armadura menos ella. Ella siempre sabía lo que le pasaba, siempre sabía que tras ese corazón aparentemente duro, seguro de sí mismo y frío, había miedo, inseguridades, soledad, compañía y amor, mucho amor. Puede que su forma de ser o las anteriores experiencias le impidiesen demostrarle cuán importante era ella en su vida, cuan imprescindible se había hecho y sobre todo la cantidad de proyectos que quería ir constuyendo a su lado.

Mientras terminaba de secarse las últimas gotas de agua que resbalaban por su pecho, se daba cuenta que conforme pasaba el tiempo ella decidía ir haciendo sus pensamientos más opacos, algo a lo que no estaba acostumbrado, algo que le partía el alma en mil y un pedazos.

Él recordaba todos aquellos silencios que fueron llegando a lo largo de sus vidas. Aquellos que le enseñaron a amarla desde todas las caras de la vida. Fueron llegando los pensamientos reservados, los pálpitos y las sensaciones asertivas de que todo tendría un fin tarde o temprano.

Él sólo se afeitaba en contadas excepciones, para algo era un imberbe; asomarse tras esa coraza no era necesario pero de vez en cuando era vital respirar sin ella.

Se le cayó la toalla que le cubría las caderas y parte de las piernas. Hacía mucho tiempo que no se quedaba completamente desnudo ante el mundo. Ahora ella irrumpía en el baño, con las prisas mañaneras, le dio un beso rutinario en la mejilla y se marchó con la misma rapidez con la que había entrado sin darse cuenta de lo expuesto que le había dejado ante la corriente de aire que había dejado al marchar sin cerrar la puerta del baño.

Marta Roca G. ®